San Francisco de Tepeolulco

                El fin de semana pasado tuve un viaje muy interesante y que, bueno, me pudo haber puesto a pensar mas pero bueno, no todo es posible. El sábado temprano me desperté y me alisté rápidamente para tomar el camión, ya estaba decidido que no me iría en carro, aun no le tengo tanta confianza y aparte fue buena idea porque si esta pesado el viaje de tantas horas. Llegué a Querétaro a medio dia esperé a Carlos a que llegara a la central, después de un contratiempo con la línea de autobuses nos fuimos a Atlacomulco y de ahí tomamos otro camión a San Francisco de Tepeolulco. El viaje fue tranquilo, no sabíamos por donde empezar después de no vernos desde el invierno del 2013, año y medio sin ver a uno de mis mejores amigos. Platicamos sobre el trabajo, planes futuros, finanzas, sobre las películas de Marvel, sobre novias, familia y amigos, sobre la diferente cultura en la que estábamos viviendo.

                Llegamos a Tepeolulco y bueno, Atlacomulco es una ciudad pequeña, unas 70 mil personas y en rápido crecimiento, aquí nació nuestro actual presidente y le están metiendo mucho dinero y están remodelando la ciudad, en realidad no hay mucho ni que ver ni que hacer, Tepeolulco es un pueblito muy pequeño, tal vez menos de mil personas pero tiene casas muy amplias, las personas de ahí han invertido bastante dinero en sus hogares y esto l ohace un lugar muy pintoresco, mi abuelita estaba en una casa a unos cien metros de la iglesia y con esta referencia tan abstracta la encontramos, no hay señal de teléfono y si la hay es muy débil, internet por suerte conseguimos un wifi y Carlos pudo terminar de hacer trabajo que tenia pendiente. Comimos con la familia muy rico, una barbacoa de borrego, unos no se que de no se que con un mole exquisito, tortillas de maíz azul y todo muy rico, estuve la tarde platicando con mi abuelita y luego cuando ya se fue a dormir fuimos a caminar por el pueblito, la iglesia es bonita, hay dos, una en ruinas y muy vieja y otro moderna muy grande. Hay un rio que cruza la ciudad y se escucha el agua de pequeñas cascadas. En la noche prendimos una fogata y estuvimos ahí tomando café, cerveza y comiendo papitas y galletas. Platicamos bastante hasta ya noche.

                El domingo nos volvimos a despertar temprano y desayunamos en la casa, tamales con huevo muy ricos, nos alistamos y nos fuimos a Atlacomulco, ahí estuvimos paseando un rato por la ciudad, no entramos a misa pero fuimos a comer quesadillas muy ricas, en la tarde mi abuelita ya estaba cansada y decidieron regresarse a Tepeolulco, Carlos y yo nos fuimos a Querétaro. Me dio mucho gusto ver a mi abuelita, esta muy feliz y se ve llena de energía. En Querétaro fuimos al centro y estuvimos un rato platicando en un café. Sali corriendo a la central para alcanzar mi camión a San Luis, no hubo ningún contratiempo en el camino.

                Fue un excelente viaje, muy estilo “México desconocido” o algo asi. Hace mas de un mes que no veía a nadie conocido.

-Gil-