Mi sensei en Japón

Es extraño el poder identificarme con las películas de Hollywood pero quiero escribirlo, tengo un Sensei, si un maestro japones así como Karate Kid o las mil películas de algún occidental viajando a Asia y siendo entrenado o educado por un local con conocimientos sobre mil temas. Jun-san es un hombre de media edad de Hiroshima que conocí el primer día que llegué a esta ciudad, estaba cocinando Okonomiyaki y me lo presentaron como el maestro de ese platillo, después de platicar un rato y beber unas cervezas juntos fue quien me retó a aprender a jugar Shogi y que si lo vencía en el tiempo que estuviera yo en Japón me compraría cualquier cosa de comer, ok, reto aceptado.

Lo seguía viendo cada vez que visitaba el hostel y de vez en cuando en otras reuniones, seguido viene y nos tomamos unas cervezas, es parte de los cheerleaders el hostel y vienen seguido a platicar con los huéspedes y el staf. Después de varios partidos de Shogi logré vencerlo por una y única vez, ya llevamos casi 7 matches y nomas le he ganado uno y puedo culpar o agradecer al alcohol por esa victoria. Después de ese día me invitó a una peregrinación en Shikoku, el Camino de Santiago Japones son 88 templos al rededor de la isla con una circunferencia de 1,200 km, no planeamos hacerlo todo pero si visitar entre 10-20 templos en bici durante 4-5 días y terminar cruzando “la estructura suspendida mas larga del mundo” según Wikipedia, la verdad al principio acepté sin pensarlo mucho pero luego me empezó a dar miedo, no se si debido a eso estuve unos días con dolor de muela y jaqueca pero luego después de una buena tomadera se me quitó y ahora estoy emocionado por ir a ese viaje, Yu-san, un staf de Taiwan también nos va a acompañar y al parecer va a estar bueno el viaje.

La semana pasada fuimos a entrenar para el viaje, días antes me había mandado un mensaje con la propuesta del entrenamiento y yo imaginé andar por las calles unas horas pero nunca pensé que iríamos a Etajima, una isla ceca de Hiroshima, en la mañana pasó al hostel y salimos en bici hacia el puerto para mi fue una sorpresa el ir a un puerto andando en bici, esperamos al ferry.
No he estado en muchos ferries pero en esta ocasión fuimos a la estación de turismo y pedimos un descuento para ciclistas, es como una central de autobuses, un espacio amplio con ventanas grandes y salas de espera, abordamos al ferry y dejamos las bicicletas en el primer piso, por unas escaleras la gente sube a un segundo piso en donde hay varios tipos de asientos, para familias, en fila y otros donde te quitas los zapatos y te sientas en el piso, yo tenia un horrendo dolor de muela y había olvidado algún medicamento para el dolor, le comente y buscamos una farmacia a mitad del camino, unos 25 km del puerto. El viaje no dura mucho, unos 20-30 minutos y al llegar tomamos las bicicletas y empezamos la rodada.


Es curioso saber que le vas a dar la vuelta a una isla, no se, será porque de mi casa la playa mas cercana esta a unos 1,000km o porque nunca había estado en una isla de ese tamaño en bicicleta, no se, andar al lado de la costa durante tanto tiempo, ver algunas casas muy viejas o abandonadas, talleres, me comenta mi sensei que ese golfo esta lleno de barcos japoneses que fueron hundidos durante la guerra, incluso fuimos a un mini museo sobre uno de los barcos, en la maqueta se ve enorme, no pude imaginarme las dimensiones de tal barco en un mar con tantas islas e isletas, ha de haber sido muy complicado el manobrero de un barco, no se como se compare con otros barcos o si es simplemente grande porque no dimensiono realmente el tamaño de ese barco y no se mucho de estos.


Nos detuvimos un rato para descansar y comer, sashimi, un pescado con aceite dulce, arroz con calamar o algas, comí como rey y después de eso nos aventamos la segunda mitad del viaje, tomamos el ferry de regreso desde otro puerto y el camino desde el puerto hasta el hostel se me hizo muchisimo mas facil que el de ida, no se si ya estaba un poco mas curtido o simplemente dejé de quejarme, también el dolor de muela desapareció tan pronto como empezamos a pedalear y volvió hasta que estuvimos de nuevo en el ferry, ahora será algo que no olvidaré unos pain killers para cualquier viaje.


No fue un tramo largo pero yo estaba exhausto, tal vez 50km, mucho mas que los 20km que me habia aventado el dia anterior y de los cuales estaba muy orgulloso, esa noche tomamos unas cervezas y jugamos Shogi otra vez, me venció como casi siempre.


El domingo pasado fuimos a pescar, si, salimos en bici hacia cerca del puerto, compramos ganchos y lombrices, carne para asar, verduras para una ensalada y cervezas, estuvimos varias horas al lado del mar intentando pescar, la verdad nomas conseguimos un mini pez que no era comestible y lo devolvimos al mar. Es toda otra parte de la cultura japonesa o de Japón como tal.

-Gil-

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