San Valentin y Ostiones asados en Japón

Este San Valentín pasó totalmente desapercibido en Japón, si había unas decoraciones en las tiendas especialmente chocolates pero como no he andado mucho en centros comerciales o en tiendas no vi mucho sobre el tema, en la mañana me tocó estar en el hostel y llegó la jefa con chocolates para todos, muy ricos, he de confesar que Japón tiene muy buen chocolate, después de comerme casi un kilo de estos y un café estuve platicando con la gente del hostel, viajeros, leí un poco y en la tarde llego Jun-san y cocinó Okonomiyaki para todos, ah que delicia, con unas cervezas fue una despedida de Heloisa, nuestra compañera brasileña que se regresa esta semana a casa, ese día ella me dio un café Starbucks de Sakuras muy rico, sabia un poco a pudin, fue como un mini festín en casa, esa noche otros huéspedes japoneses nos dieron chocolates y galletas fue un buen día en cuanto a comer dulces se dice, pensé un poco en días pasados y en que realmente soy afortunado de tener los amigos que tengo y de conocer a las personas que he ido conociendo, no puedo decir que puedo contar a mis amigos con los dedos de la mano pero realmente tengo amigos presumibles y amistades de hace ya tantos años que aunque no estemos juntos y rara vez platiquemos sabemos que estamos ahí.

El día siguiente fuimos tres staf y la boss a una reunión de dueños de hosteles y guesthouses en la ciudad, era en un hostel fuera de la ciudad, una típica casa japonesa muy bonita y en la sala era la reunion, varias mesas alineadas para que la gente se sentara en el piso y comiera, era todo un banquete, desde totopos con salsa, warps, guisados de ostiones, sopa Coreana, chocolates, snacks, galletas, empezamos tomando cerveza y un chochu de Okinawa 海人 algo cargado, preferí seguir con licor de ciruela o chabacano, estuvimos cerca del asador durante un tiempo asando ostiones en su concha y carne, ah que delicia, mi equipo se fue temprano y yo me quedé un rato mas para seguir bebiendo y platicando, valió la pena, me gustó mucho el ambiente, se sentía como una familia, en un momento interrumpí las platicas para preguntar si se conocían de antes y su respuesta fue que nadie se conocía de antes, era la primera vez que se veían y todos estaban teniendo un buen momento, fue mucho mejor que la fiesta de profes de ingles que fui la semana pasada y aunque levaran años conociéndose no platicaban tan amenamente.

El alcohol nunca dejó de llegar, mas alcohol de ciruela echo en casa, onigiris de arroz plantado en el jardín, un vino orgánico, otro del equipo de beisball, otro con pedazos de oro, niños jugando, de repente la gente empezó a caer dormida en la sala, y después de unas horas mas decidimos parar la fiesta y regresar a casa, fueron casi 10 horas de comer y beber, y me sentí bien, contento, pleno, me recordó mucho aquella despedida que me hicieron en casa de Nayeli antes de irme a San Luis pero esta vez estaba rodeado de personas que acababa de conocer. No se, me hizo seguir queriendo viajar por otro rato e incluso quedarme mas tiempo en Japón.


-Gil-

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